sábado, setiembre 30, 2006

entrevista al corazón

Con mi esposa Maria y con nuestra amiga querida Frida Morgontoy, en una calle del Cuzco. Ilustración con lápiz de color y fondo con colores virtuales.
Se puede hablar mucho de este maravilloso órgano , que se encarga de bombear nuestra sangre a través de nuestro cuerpo de manera prodigiosa ¿A quién nos referimos? pues nada menos que al corazón.
Pero, hablar con el corazón, implica mucho más que sólo hablar de él; significa, hablar con sentimiento, con ternura, con afecto, con tacto, con mucha dignidad del cual se merecen aquellas personas con quienes tenemos comunicación cada dia, o cada semana o cada mes si es que no viven a nuestro lado.
Cuando hablamos con el corazón, nos colocamos a la misma altura o tal vez por debajo de nuestro interlocutor, con el sano propósito de expresarle palabras de alivio, de consuelo o de comprensión. Hablar con el corazón, transmite la idea de hablar con empatía, colocándonos en el lugar de la otra persona para que de algun modo experimentemos lo que va sintiendo él o ella en ese momento.
Desde luego, hacemos esto cuando hablamos con un amigo, con nuestros seres queridos, con un compañero de trabajo o de estudio, con un vecino, con un conocido, hasta con un extraño. Lo cierto es que ya no hablamos nosotros mismos, el que habla es nuestro corazón.
Si las personas de todo el mundo hablace con el corazón, el mundo sería diferente, y no existirían las desavenencias transformadas en resentimientos, en iras, en odios, en egoismos y malsano orgullo. Entonces en el mundo no existiría ninguna clase de conflictos, ni de violencias, ni de guerras. Porque hablar con el corazón, es sinónimo de paz.

Hoy he querido recordar a aquellos que están dentro de mi corazón, y aquellos son: Mi familia y mis amigos.
En la ilustración que figura debajo de este párrafo, son empezando por el lado izquierdo: Mi hermano Dionisio, mi hermano Absalón, mi señor padre Absalón Torres Garibay, debajo mi hermano Martín y quien les escribe. Esta ilustración está basada de una fotografía tomada cuando nos subimos a la rueda de Chicago, como se le conoce a este juego mecánico. Lo curioso de esta ilustración es que en la fotografía original del cual me valió para hacer esta ilustración; no están mi hermano Dionisio, ni mi hermano Martín, quienes fueron añadidos para completar el clan Torres. Claro, para completar el cuadro faltan añadir en una ilustración futura a mi señora madre y a mis hermanas Dina y Viviana.
En estas otras ilustraciones, están en la parte izquierda, Sara y Gino, hihos de nuestra amiga querida Frida Morgontoy. En la parte derecha La familia querida que nos hospedó en su acogedora casa en Cajamarca, la familia Moreno: Tulio, su esposa Sonia y sus hijitos Tulito y Celeste. Hasta la vista

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola Antonio.¡ soy esther de gonzales, me gusta tus dibujos pero no encuentro tu entrevista del canal 7 , si puedes me pasas el link , para poder verlo, saludos.