miércoles, diciembre 31, 2008

Historias de un colegial




Seguramente, la etapa escolar ha sido unos de los momentos que más nos ha gustado vivir y existen muchas historias que podemos rescatar de ella. Y estas vivencias se pueden relacionar con las tareas, con el deporte, con el recreo, con los profesores, con los compañeros, con las "escapadas" del colegio, con las chicas, con la familia, con los nuevos amigos, con las ceremonias escolares, con las alegrias y tristezas, con nuestros gustos y disgustos, con nuestras creencias e ignorancias en fin con los momentos gloriosos y los fracasos; me faltarian tiempo y energía para seguir la lista que sería interminable .


Por los años sesenta, mi familia se había trasladado a San martín de Porres -donde actualmente radicamos-, llevado por el espíritu de libertad, ya que el espacio donde vivíamos era reducido y el ambiente de los alrededores no era el adecuado. Nos instalamos, en un lugar donde los pobladores buscaban con ansias un terreno donde vivir, donde no solamente edificar sus casas; sino también fundar una esperanza. Por la mañana, una gran polvareda se levantó alrededor de nuestra casa y recien nos dimos cuenta el alboroto cuando los vecinos caminaban de un lugar a otro con sus cintas métricas midiendo los terrenos y marcándolos con tiza cada lote. La medida que nos tocó era de 250 mts. de fondo por 10 mts. de ancho. Sentimos una gran emoción de poder contar con el terreno propio y fue cuando nuestra alegría se desbordó en llanto, por lo que significaba aquella ocasión que sería desde luego memorable. La algarrabía también tocó los corazones de todas las persona que al igual que nosotros, recibían un lote. Desde aquel momento la tranquilidad de aquel sector denominado Nicolás de Piérola se transformó, dejando de ser una pampa solitaria para convertirse en una nueva población bulliciosa de Lima, por las jaranas vecinales que a partir de entonces se darían.


La primera avenida principal para nosotros fue la Avenida Perú. Esta avenida tiene tantos recuerdos y muchos de ellos son memorables. Por ejemplo, les digo que por ahí transitaron los astronautas que fueron y vinieron de la luna cuando visitaron a nuestro país y también dieron paseos alrededor del mundo llevando sus experiencias gloriosas de haber estado en el espacio. Al menos eso fue lo que me comentaron.


Nuestra avenida Perú, por aquellos días, era solo un camino de pedregal que serpenteaba abriendose paso entre las casas. Por ahí transitaba toda clase de movilidad que tuviera llantas de caucho, claro está, lo hacían con hidalguía en un terreno agreste y duro. Desde casa se observaba a lo lejos, levantandose imponente el cerro "La Milla"; que hasta ese momento todavía se miraba desde la calle de mi casa. Hasta hace varios años, el cerro todavía se dejaba observar desde nuestro tercer piso, pero que luego se hizo difícil porque los vecinos de a lado edificaron sus casas hasta levantarlo en un quinto piso. Actualmente, nos contentamos divisandolo desde el muro que se levanta en la ribera del rio Rímac o acercándonos a él, para ello solo nos cuesta transitar unas quince cuadras para toparnos cara a cara con este majestuoso cerro. A la distancia del tiempo, ahora lo vemos coronado con variedades de antenas parabólicas de emisoras conocidas de la ciudad. Tengo que decirles que estando en la primaria -a propósito mi colegio se llamaba "Barboncito" alistado con el número 4580-, donde el Director fue Don Honorio Delgado y mi profesor fue el profesor "juanito" que le decíamos de cariño pero, que su verdadero nombre era Juan Grados Bernabel, él me enseño a partir del segundo grado hasta el quinto ya que en mi tiempo no había el sexto; enseñaban además mi profesora Carmen Poppen de Kun, que sólo me enseñó el primer grado con el libro "Coquito"y en transición me hubo enseñado el profesor Solano, dándonos él unas prácticas para leer bien hasta más no poder con el libro de lectura "Emilio y Raquél", y estaban también en ese staf : El profesor Chiri, que estuvo de novio con la profesora Lea hasta que después se casaron, la profesora Clarisa que con su minifalda atraía a todos los incautos, El profesor Humberto Barrantes que marcaba la diferencia en el colegio por su mal genio pues decía "la letra entra con sangre" y se le veía corretear por todo el patio con correa en mano tras un alumno indisciplinado , el profesor Valenzuela que ra tan larguirucho que podía decirse que llagaba hasta el techo, el profesor Argumet un viejito él- sí, tengo que decirles que algunas veces cuando llegaba tarde al colegio y no me dejaban entrar, no me quedaba otra salida que irme con mis amigos a pasear; porque llegar a casa y aguantar la llamada de atención de mamá, era peor que haberle dicho desde casa que no quería ir a estudiar porque estaba cansado o algo por estilo. La solución era caminar hasta nuestro cerro que estaba a unas diez cuadras. Aquella vez que lo hicimos, trepamos corriendo las faldas del cerro hasta alcanzar la cima y desde ahí dominábamos el mundo con nuestra mirada. Todo se veía, no ven que por aquel tiempo todo se podía ver desde casa mientras estaba en primer piso y las otras también pero, ahora desde aquella altura del cerro nada impedía observar la distancia libre de obstáculos. El mar se veía como un gran espejo reflejando la luz solar empañando cual gasa fina nuestra visión. Al cruzar por aquellos parajes, desconocidos para nosotros quienes solo íbamos de la casa al colegio y del colegio a la casa religiosamente todos los dias excepto el domingo, porque también estudiábamos los sábados, nos dábamos cuenta de lo grande que era la ciudad. A lo lejos, apenas se veía una carretera y era totalmente diferente a la nuestra pues era maravillosa, tenía pista con asfalto, las casas eran bonitas, bien pintadas, tranquilas; era otro mundo. Con el tiempo supimos que era la Avenida Tomás Valle, aquella que se comunica con el aeropuerto.

Recuerdo que esa vez de la caminata al cerro estaba acompañado de cuatro compañeros y uno de ellos era el líder, además era el "bacancito" de la clase, el vivo, el peleandero, el que hacía de las suyas, "el que defendía la cuadra" por así decirlo. Al bajar hasta ese lugar extasiado por su modernidad, abajo nos esperaban cual emboscada del del Viejo Oeste cuando la caballería es sitiada por los apaches, pieles rojas, siux, navajos, etc. así sentimos la presencia de otros jovenzuelos un poco mayor que nosotros esperandonos sorpresivamente. Uno de ellos dijo dirigiendose a nuestro "matoncito":

_"Oye tú, ven pacá" haber voltéate los bolsillos y saca todo lo que tienes ahí-

Inmediatamente lo molieron a golpes hasat hacerlo sangrar. Todos nos quedamos impávidos sin saber que hacer. Hicieron lo propio con el resto de nosotros excepto los golpes. Pasamos exactamente una hora a su merced, secuestrados y sin que nadie advirtiera nuestra desgracia. Felizmente, todo no pasó de un gran susto, pues despues que nos robaron nuestro míseros sencillos y algunas baratijas, nos soltaron. Regresamos con el susto entre los dientes, sin hablar nada en el camino. Cabizbajos, maltratados, robados, golpeados y humillados, volvimos a casa como quien llegaba del colegio. Nuestros padres jamás se enteraron del asunto. No se si mis amigos luego del incidente lo comentaron a sus padres. Lo cierto es que desde aquella vez algunas cosas cambiaron en nosotros: no faltar al colegio, no llegar tarde y no deasprovechar el tiempo inutilmente.

jueves, diciembre 25, 2008

¡Oh! Los Dibujos...don divino.

Recuerdo cuando tenía cinco años y me gustaba mucho jugar al fútbol. Era mi pasión en aquella época y cuánto hacía por estar en la calle con mis amigos del barrio para jugarnos una "pichanguita". Pero, tenía que salvar un gran escollo: mi hermano mayor que bajo las órdenes de Absalón, mi padre, me tenía supervigilado para no descuidar mis tareas escolares, asi es que en ese afán, mi hermano no iba a ceder a darme permiso para saltarme a la calle. Mas aún cuando a él no le gustaba nadita el fútbol. Hasta ahora no le gusta -aunque el otro día me contaron que se jugó un partidito de fulbito en plena playa (pero eso es materia de otro escrito que más adelante se los comentaré). -Entonces, yo me moría por estar con mis chocheras cueste lo que cueste y no es exagerado decirlo, porque sí que me costó mucho. Resulta que, por jugar futbol estaba dispuesto a cualquier sacrificio y que tal sacrificio se me venía encima. Se me acercó mi hermano al verme lloroso y me propuso un trato. Consistía el trato en lo siguiente: él me dejaba salir a jugar con mis amigos y en cambio yo tenía que hacer unos garabatos en unas hojas arrancadas de un cuaderno. Yo decía que aquello no era justo, pero él impávido, no se dejó transigir en aquel trato. "Que más me queda", decía yo. No lo pensé dos veces, y más me animaba a hacerlo cuando escuchaba a mis amigos corear mi nombre: "Toño, ya pé, ¿vas ha venir a jugar o no?", decían al unisono. Les juro que jamás encontré mas aburrido dibujar que en aquella vez que mi hermano me impuso esa tarea. ¿Han sentido lo que significaba comer la comida que menos les gustaba y encima de todo ese suplicio tener al frente a mamá obligandonos con la mirada a terminar de comer lo más pronto posible "su comida"?
Bueno, ese ejemplo es un decir, porque mi señora madre cocinaba muy rico Mi hermano nunca se imaginó que con esa tarea daría el inicio para convertirme en lo que ahora soy dentro del arte. Pues, yo tampoco lo hubiera imaginado, pero ahí me ven y me soportan, creo. No se imaginan con cuanta rapidez copiaba aquellas tareas de dibujo. Si me hubieran visto, se habrían sorprendido la velocidad de mis manos agarrando el lápiz cual diestro espadachín. Claro está, sólo quedaba en velocidad, puesto que ello era mi cometido al hacer esos garabatos: acabar cuanto antes para ir a pelotear. Pero ahí no quedó todo, ya que la experiencia se iba a repetir cada vez que iría a jugar a la calle. Por supuesto, un pelotero como yo, no iría a dejar de jugar mi deporte favorito, aunque me costase convertirme en dibujante.

"Al parecer aquello no va a durar mucho, ya veré cómo mi hermano se cansa cuando se de cuenta que los dibujados copiados los hago solo por cumplir" -así pensaba para mis adentros. Pero estuve equivocado, ya que él nunca se cansó. El tiempo pasaba y pasaba, y cada vez que tomaba el lápiz para dibujar lo hacía con más presteza, parecía que era un sexto dedo en mi mano. Aún recuerdo aquellos momentos que marcaron en mi vida una etapa grata, dificil de borrar de mi mente; más aún, cuando llevado por el tiempo me transporto mentalmente al pasado y evoco esos momentos con la misma emoción de un principiante.


Esa emoción de principiante es el sentimiento que quisiera siempre conservar en mi corazón y mi mente, y no importa el tiempo que haya transcurrido o cuanto progreso haya hecho en este difícil arte. Cuanto más pienso en eso, me pomgo a pensar en todo el logro que alguien puede haber conseguido en la vida y ser ahora una persona muy importante e influyente y sin embargo haberse olvidado quien es. Será como aquel individuo que al salir a trabajar muy de mañana, se mira el rostro en el espejo y luego en el transcurso del día se olvida quien es y que rostro tiene. ¿Supongo que así será cuando alguien pierde la modestia y la humildad? Olvidar nuestras raices, y de cómo nos hemos originado en las facetas de nuestra vida; será como perder para siempre nuestra identidad. Que nunca nos pase eso. Que sigamos avanzando en el arte; que eso siempre nos pase.



dibujando

El dibujo, para algunos resulta ser una fuente de pasatiempo o de excusa para aminorar el strés; sin embargo para otros, resulta en ser una fuente de trabajo muy rentable en algunas casos. Pero, realmente sí hay quienes hacemos del dibujo una pasión, un modo de vida, una costumbre; un contacto con la vida misma.
Para quienes sí respiramos el espíritu del arte, el dibujo es una necesidad, es un alimento que absorbemos de todo lo que está creado a nuestro alrededor por el mejor diseñador del universo: Dios.
Aunque el dibujante empieza
observando, imitando, copiando las cosas que le rodean y partiendo de él mismo como modelo principal; de todos modos, eso no le basta y ahí no queda todo.
Les pongo el ejemplo de un recién nacido, un bebé, que para sobrevivir absolutamente depende de la leche materna. Sin este alimento esencial, no desarrollaría su organismo hasta llegar a ser un adulto con todas sus facultades completas que sostendrán su vida futura. Pero a medida que va creciendo, sus organismo necesita de alimento sólido, pues una vez desarrollado su dentadura, este necesita darle uso masticando alimento; sino, se atrofia y al no encontrar un antagonismo que procure ejercitarlo y ofrecerle resistencia -como ocurre al trabajar mancomunadamente todas las muelas y los dientes-, entonces se echará a perder definitivamente.
Algo parecido le ocurre dibujante que solo copia (aunque no está mal tener material ilustrado o fotos como documentación para elaborar nuestros dibujos), pero a lo que voy es que el copista siempre se hallará limitado, aunque imitase las virtudes de otros artistas, también imitará sus defectos. Entonces para que eso no ocurra, el dibujante de be de aprender a desarrollar su intelecto junto a sus emociones. debe ser una "máquina" de grabación de todo lo que observa. Retener en su mente toda clase de formas, de colores, y por qué no decirlo: hasta de olores. todo ello contribuye a dar rienda suelta a la imaginación ¡Sí! a la creatividad. Ya no necesitaremos más de buscar exclusivamente leche; ahora, así como nuestro cuerpo físico necesita de digerir alimento
elaborado y bien preparado como un buen caldo de gallina, un lomo saltado, una papa a la huancaina, un cuy chactado o un buen ceviche a la sureña, norteña o limeña; de igual modo nuestro lado artístico necesita crear nuevos "alimentos", horneados en nuestro cerebro. Y claro está, de nuestra cabecita nada saldrá si no encuentra ahí nada almacenado. Como vemos, si te gusta el dibujo, comienza copiando, copia todo lo que puedas; pero ojo, solo hazlo como inicio en tu aprendizaje. El resultado de ser exitoso en este arte será cuando domines el oficio dibujando y moviendo tus propias figuras a tu antojo.

miércoles, diciembre 10, 2008

Este afiche registra la idea de proteger una vida en peligro de extinción.
Tenemos que hacer de nuestro planeta un lugar en el cual convivir con la vida animal. Nuestros hijos necesitan tener la confianza de tener un mejor futuro, al vivir en paz desde ahora con el resto de los seres vivos del mundo que nos rodea, y así compartir la creación divina sin dificultades. Es propio enseñar a los pequeños a que gocen de la vida en compañía de sus mascotas preferidas. El dia en que los mayores aprendamos del ejemplo que los niños nos dan al rodearse de estas criaturas, ese dia habremos avanzado mucho en aceptar que el resto de seres vivos tienen el derecho de ocupar tambien un lugar en su planeta ,Tierra.

De nuevo con ustedes

Estimados amigos, me alegra reencontrarme con ustedes. Lamento haberme ausentado un buen tiempo de este blog; pero, fue por motivos propios que descontinué publicar mi blog. Ahora, vuelvo con nuevos brios para mantener el contacto con ustedes. Espero que no me hayan olvidado. Y si así fue, ocurrió aquello más por culpa mía al tener un problema de manejo técnico de mi blog, que por otra cosa. Bueno, aquello ya quedó atrás, en estos momentos cuenta el "ahora". Y ahora es tiempo de meditar en asuntos que llaman poderosamente nuestra atención como es el de PROTEGER A LOS LINDOS Y VARIADOS ANIMALITOS QUE TENEMOS EN NUESTRO HERMOSO PLANETA . Es que el único llamado que ellos hacen es: "PROTÉGEME". ¿Protegerlos de qué? de todas las barbaridades que hacemos en contra de ellos. Para que no sigan la vía de la extinción como ocurrió con otros animales en el pasado. Nos guste o no, y aunque para algunos suene risible; salvar a los animales, es "salvarnos a nosotros mismos".